"Estabilidad macroeconómica como condición necesaria para el crecimento"
Vittorio Corbo

Junio 1997 Número 3


Vittorio Corbo, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, participó como expositor en el Seminario "Importancia del sistema financiero para la estabilidad y crecimiento económico" organizado por el Banco Central de Reserva del Perú en mayo del presente año. Su exposición enfatizó la relación entre la estabilidad y el crecimiento, rescatando el consenso alcanzado en la mayoría de países sobre el efecto negativo de la inflación en la producción y en el bienestar. Asimismo, señaló la importancia de factores estructurales, como la acumulación de capital humano y la apertura comercial y financiera, entre otros, que permiten que una economía estabilizada pueda crecer.

INTRODUCCIÓN

No hay duda de que el Perú ha cambiado mucho en los últimos años. Me ha tocado venir a este país en forma continua desde fines de los ochenta y pienso que hoy día es prácticamente otro país. El Perú pasó por períodos inflacionarios fuertes a mediados de los años ochenta y también experimentó un episodio de hiperinflación, del cual se aprenden muchas cosas, entre otras, a apreciar la estabilidad. Otro país que pasó por una hiperinflación y que ha jugado un rol muy importante en la estabilidad europea es Alemania. Ahora, una inflación de 2 ó 3 por ciento anual, es inaceptable en eses país.

En los últimos 10 ó 15 años ha cambiado mucho la forma de pensar, tanto en el mundo académico como en los bancos centrales. Hoy día se privilegia la estabilidad como forma de crear uno de los andamios más importantes para el crecimiento. En realidad se requiere bastante más para crecer, pero no hay duda para el crecimiento. En realidad se requiere bastante más para crecer, pero no hay duda de ques es una condición necesaria. Cuando yo era estudiante de economía (a inicios de los sesenta), se nos enseñaba que la inflación era algo bueno para el crecimiento. En medicina, uno demanda a los médicos cuando la receta lleva a resultados erróneos. Si hiciéramos lo mismo en economía, algunos estarían presos por el daño causado, especialmente en América Latina.

En mi presentación voy a considerar primero la relación entre estabilidad y bienestar. La estabilidad es algo bueno no solamente para el crecimiento sino también para el bienestar. Queda bastante claro que bajar la inflación es útil no solamente desde el punto de vista económico, sino también desde el punto de vista social, especialmente porque los grupos que más sufren con el desorden macroeconómico son los grupos más pobres de la población, con reducida capacidad para protegerse. Luego voy a tratar sobre lo que hemos aprendido en los últimos 10 o 15 años sobre inflación y crecimiento, tanto desde el punto de vista de los estudios académicos cuanto de la evidencia empírica. Finalmente, abordaré el tema de la macroeconomía de la estabilización.

Una vez que entendemos que la estabilidad es buena y queremos obtenerla, la gran pregunta es cómo nos vamos de una situación de desorden a la situación deseada. Es decir, cómo caminamos hacia la estabilidad. Al final, terminaré diciendo que la estabilidad es condición necesaria, pero no suficiente.

ESTABILIDAD MACROECONÓMICA Y BIENESTAR

No hay duda de que éste es un campo en el que hemos aprendido mucho en los últimos años. La estabilidad tiene justificación, en gran parte, por los costos económicos que tiene la inflación desde el punto de vista de pérdidas de eficiencia (niveles de producto más bajos) y también desde el punto de vista social.

El colapso del sistema social y del sistema político ha estado relacionado con desorden a nivel macroeconómico y para esto no hay que mirar sólo a América Latina. La gran crisis de Corea a fines de los setenta tuvo como origen un desorden macroeconómico que terminó en una inflación de 20 por ciento anual, lo que fue suficiente para desembocar en la crisis. En América Latina, diez años atrás, cuando la inflación llegaba al 20 por ciento, celebrábamos. Hoy día, la percepción ha cambiado en la dirección correcta.

No hay duda de que bajar la inflación también tiene costos de corto plazo, lo que se asocia con la famosa curva de Phillips (la relación entre inflación y desempleo). Bajar la inflación tiene algunos costos de corto plazo, pero también hay beneficios de largo plazo que, desde el punto de vista del valor presente, conviene pagar. Si uno paga costos estudiando algunos años para después tener una vida profesional, no significa que nadie va a estudiar porque existe un costo en el corto plazo. Hay un costo de corto plazo de bajar la inflación, pero ésa es la forma de lograr beneficios mucho más permanentes.

"...la estabilidad tiene justificación, en gran parte, por los costos económicos que tiene la inflación desde el punto de vista de pérdidas de eficiencia (niveles de producto más bajos) y también desde el punto de vista social".

La política monetaria tiene un papel importante en la política de estabilización, en el corto plazo. En este momento, incluso en los países industriales, existe un rol para subir las tasas de interés para evitar un despegue de la inflación. Hoy día se está subiendo la tasa de interés en países con inflaciones bajas (como Estados Unidos, Japón y Alemania) porque la economía está creciendo a un ritmo tal que existe peligro de una eventual aceleración de la inflación. En contraste, a comienzos de los noventa, Japón usó agresivamente una política monetaria más relajada para permitir a la economía crecer un poco más, a la vez que se mantenía controlada la inflación.

No cabe duda de que hay un rol para la política monetaria en el corto plazo. En el largo plazo, la política monetaria no tiene efecto en el crecimiento. Lo que llamamos "curva de Phillips" se torna vertical en el largo plazo, por lo que si queremos mantener una tasa de desempleo algo más baja por un período largo de tiempo, eso se va a transformar en inflación. Tenemos un efecto temporal que no podemos explotar en forma permanente, ya que la curva de Phillips es vertical.

Aunque la política monetaria no tiene capacidad de aumentar el crecimiento en el largo plazo, sí puede crear el andamiaje necesario para el crecimiento sostenido. Para crecer se requiere acumular factores productivos y mejorar su eficiencia con políticas que lleven a una tasa de inversión más alta y a la acumulación de capital humano.

Los recientes estudios empíricos muestran algo de discrepancia a partir de qué nivel la inflación empieza a ser costosa para el crecimiento, pero parece que el punto de quiebre - más allá del cual la inflación tiene altos costos en crecimiento - es alrededor de un dígito. Esto nos lleva a perseguir el objetivo de bajar la inflación para llevarla a niveles de un dígito anual.

En un estudio muy reciente de Martin Feldstein se cuantifica este quiebre para los Estados Unidos, donde la distorsión más grande de la inflación tiene que ver con sus efectos a través del sistema tributario, en la rentabilidad del capital y en la tasa de inversión y ahorro del país. Se estima el efecto a largo plazo en una economía tan madura como los Estados Unidos. Se ha hecho también lo mismo para países en desarrollo, resultando en que no hay duda de la gran ventaja, desde el punto de vista del bienestar, de bajar la inflación.

INFLACION Y CRECIMIENTO

Veamos la relación entre inflación y crecimiento económico. Los estudios empíricos de inflación y crecimiento fueron, por muchos años, un campo muerto en economía. Pensábamos que crecimiento era sólo resultado de la acumulación de factores productivos y de una cosa exógena que se llamaba mejora tecnológica.

En los últimos años ha habido toda una renovación en el estudio del crecimiento, entre la que se encuentra la denominada teoría de crecimiento endógeno, la misma que trata de explicar por qué el proceso tecnológico es distinto de un país a otro y cuáles son los factores que lo afectan. Las condiciones iniciales son importantes; tanto la acumulación de capital físico cuanto de capital humano. Un rol importantísimo tiene el capital humano porque además de contribuir directamente al crecimiento facilita también la adaptación de nuevas tecnologías. También la apertura es importante.

Se ha estado estudiando además el rol que juega la estabilidad macroeconómica dentro de ese esquema, un esquema mucho más válido porque se controla por más factores. Un país puede estar creciendo más, no porque es más estable macroeconómicamente, sino porque ahorra e invierte más, o porque tiene mejor capital humano. Controlando estos factores adicionales, estudios recientes han encontrado que una inflación de alrededor de 10 por ciento anual afecta negativamente el crecimiento, inflaciones mayores al 10 por ciento anual tienen un efecto muy negativo sobre el crecimiento. Por ende, inflaciones de 2 dígitos son muy malas para el crecimiento de largo plazo.

Los mecanismos adversos por los que actúan las inflaciones altas son básicamente a través de menor eficiencia en el uso de factores. Con inflaciones altas, se entra mucho al juego de suma cero. Los que anticipan mejor la inflación le quitan a los que la anticipan peor, pero sin afectar el crecimiento. Inflaciones relativamente altas también distorsionan mucho un precio relativo clave que es la tasa de interés real, por lo que la gente tiende a ahorrar e invertir menos, afectando la acumulación de factores. Inflaciones altas hacen que el mejor ejecutivo dedique tiempo a la mesa de dinero en vez de dedicarlo a los procesos productivos, reduciendo la eficiencia en el uso de los recursos.

El costo de la inflación funciona básicamente a través de su efecto en la eficiencia, en la productividad total de factores y de la inversión. La inversión sufre porque la inversión tiene que tomar en cuenta un escenario de mediano plazo.

Otro mecanismo exacto a través del cual la inflación afecta la productividad y la inversión es la variabilidad de los precios relativos. Generalmente hay una relación directa entre el nivel de inflación y la variabilidad de los precios relativos, los cuales dan señales para asignar recursos. Los precios relativos no dan mucha información si están variando continua y significativamente. Si la inflación es muy alta, los precios pueden variar por segundo, anulando el valor de información de los precios relativos como mecanismo básico de asignación de recursos en una economía de mercado.

Pero la inflación también introduce incertidumbre sobre lo que va a hacer la autoridad económica: si va a devaluar, si va a poner otro impuesto, etc. Esta incertidumbre afecta tremendamente la inversión. En este contexto no es difícil pensar que la opinión del inversionista sería: "Dejemos la plata en Miami hasta que veamos qué van a hacer y después la entramos, porque si tratamos de invertir en algo y hacen medidas que restringen las importaciones de materias primas para esta actividad, por ejemplo, la inversión no va a resultar". Todos los modelos modernos de inversión muestran que, en la inversión real, el problema de irreversibilidad es muy importante, problema que no se tiene si se está invirtiendo en un papel financiero. Una vez que hacemos una fábrica de zapatos, no podemos tomar los recursos y ponerlos en un banco al día siguiente. El efecto negativo en la irreversibilidad de la inversión implica un efecto negativo en el crecimiento.

Como resultado, se reduce la eficiencia en el uso de recursos y también se reduce la acumulación tanto de capital físico cuanto de capital humano, porque no hay mucho uso para la gente bien calificada. No hay duda de que también se perjudica el orden macroeconómico, el retorno a los factores tan importantes como el capital humano y también se sacrifica el ahorro. El resultado final de todo esto no es solamente que tengamos un menor nivel de producto, sino que también tengamos menos tasa de crecimiento del producto por mucho tiempo en el largo plazo.

"Otro mecanismo exacto a través del cual la inflación afecta la productividad y la inversión es la variabilidad de los precios relativos... Si la inflación es muy alta, los precios pueden variar por segundo, anulando el valor de información de los precios relativos como mecanismo básico de asignación de recursos en una economía de mercado".

Así, la estabilidad macro es una condición necesaria para el crecimiento sostenido y todo el mundo se está moviendo en esa dirección. Hoy día no existe la idea de que inflación es algo con lo que podamos vivir. La excepción en América Latina era Brasil pero también llegó la hora de la verdad y tuvo que pagar su cuenta para poner orden en su economía. En los últimos años la gran mayoría de los países va en esta dirección y hoy día estamos en la edad de oro en la economía mundial, en la cual todos los países industriales están con inflaciones del 3 por ciento anual o menos, y en los países en desarrollo prácticamente todos tienen inflaciones de 10 por ciento o menos.

Italia, por ejemplo, era el último que quedaba sobre el 3 por ciento anual, no veían la inflación bajo el 3 por ciento desde la década del cincuenta. Hoy, Italia tiene inflaciones también bajo el 3 por ciento anual. En los países industriales, una tasa de inflación del 3 por ciento para arriba ya empieza a crear ruido. Hay un estudio reciente de Stanley Fischer donde muestra que una subida de la inflación a tres por ciento, es considerada una irresponsabilidad macroeconómica que el gobierno paga en la próxima elección.

Pero esto no ha llegado solamente a los países industriales. Argentina tiene inflaciones bajo el 2 por ciento, lo que no se veía desde hace mucho tiempo. Brasil también había estado quebrando los récords y ahora tiene una inflación bajo el 10 por ciento, que no se experimentaba desde la década del cincuenta. Colombia tenía estabilidad en la inflación pero con un desorden fiscal tremendo, lo que ha dificultado al Banco Central el cumplimiento de sus metas, las cuales no pueden lograrse sin ahorcar al sector exportador a través de una apreciación real excesiva.

" Pero los países que crecen son los que están poniendo orden, pues la gente puede empezar a preocuparse en producir después de estabilizar y poder hacer cálculos económicos y dedicarse así al desarrollo."

Chile, por su parte, ha reducido su inflación de 30 por ciento hacia 1990 a 6,5 por ciento. Este año se tiene una meta de 5,5 por ciento. México tuvo una crisis cambiaria en 1994 pero la inflación viene reduciendose de nuevo. Perú también ha ido bajando su inflación y Uruguay, que era el único país que quedaba en América Latina con inflación entre 50 y 100 por ciento, ha hecho un ajuste fiscal serio, que ha reducido su déficit fiscal de cerca del 8 por ciento del PBI en 1991 a 1,5 por ciento del PBI en 1996, logrando de paso bajar su inflación. Venezuela está haciendo un ajuste importante y América Latina como un todo está llegando a promedio de cerca de 10 por ciento, lo que no se veía en cuarenta años.

Si nos movemos a Asia, es rarísimo encontrar un país con una inflación del 10 por ciento. El único país que tiene una inflación cercana a 10 por ciento es China. Cuando la inflación se acerca a 10 por ciento, la gente reclama porque no hay mecanismos de indexación y frenan la economía. Pero China que ha implementado transformaciones muy profundas, está creciendo 10 por ciento real desde hace varios años, por lo que cuando se frena, baja sólo un par de puntos, enfriamiento suficiente para bajar la inflación. En el resto de Asia, todos los países tienen una inflación de un dígito.

Podemos tener muchas conferencias sobre Asia y sus diferencias con América Latina.

Por ejemplo, el rol del estado es discutido siempre en lo que se refiere a la política industrial. El sector privado en Asia dice que si no hubiera política industrial, crecería mucho más, mientras que sus burócratas creen que su crecimiento debe mucho a la política industrial. Discutimos mucho sobre política industrial; pero lo que sí está claro es que la estabilidad macroeconómica ha estado siempre allí. Nunca ven una inflación del 10 por ciento porque antes corrigen lo que sea necesario. La regla asiática es tener inflaciones bajo el 10 por ciento y proveer una cancha de futbol nivelada, para que los jugadores puedan empezar a jugar este deporte en iguales condiciones. Vemos, por ejemplo, que Tailandia ha estado frenando fuertemente porque la inflación se le estaba acelerando.

Veamos ahora el caso de los países en transición hacia una economía de mercado en Europa Central y del Este y en la ex Unión Soviética. Se ve que a los países que les ha ido mejor económicamente son los que han estabilizado, a pesar de haber partido de un desorden grande. Polonia ya tiene una inflación bajo el 20 por ciento y está creciendo entre 4 y 5 por ciento anual. La República Checa ya tiene una inflación de un dígito y sigue bajando. Junto con la República Eslovaca, son los tres países que mantienen inflaciones de un dígito.

Con desorden macroeconómico, el público está preocupado por subsistir en vez de producir. A los que no se preocupan por ordenar, les va peor como por ejenplo, la inflación en Rusia va bajando este año frente a la del año pasado, de 50 por ciento, pero el producto sigue cayendo: el primer año de crecimiento positivo fue 1996, cuando creció una décima luego de haber caído por 10 años consecutivos. Ucrania y Rumania también mantienen aún el desorden. Pero los países que crecen son los que están poniendo orden, pues la gente puede empezar a preocuparse en producir después de estabilizar y poder hacer cálculos económicos y dedicarse así al desarrollo.

La buena noticia es que esto está llegando a todo el mundo, no solamente porque los economistas están respondiendo, sino porque los bancos centrales y los gobiernos han privilegiado la estabilidad. Por eso hoy en día no solamente tenemos un respaldo analítico sino también vemos en la práctica que todo el mundo va hacia la estabilidad como una precondición del crecimiento.

Pero para estabilizar, a parte de la voluntad política, en muchos casos se ha requerido de un apoyo que generalmente ha sido mucho más fácil de obtener cuando el desorden ha sido máximo. En 1985, Bolivia tenía una hiperinflación de 32 mil por ciento, hoy día mantiene un nivel de inflación por debajo del 10 por ciento, ya por varios años. Aquí en Perú también se vivió una hiperinflación en 1989 y 1990. Argentina nos ha dado tres grandes inflaciones en la década pasada. Si antes para estudiar las hiperinflaciones había que saber alemán, hoy en día basta con saber español.

LA MACROECONOMIA DE LA ESTABILIZACION

Entonces no hay duda de que la estabilidad macroeconómica tiene varias dimensiones. Primero, hay que tratar de lograr una inflación baja y predecible. Segundo, hay que tener una cuenta corriente de la balanza de pagos que sea sostenible en el tiempo. La estabilidad macro se mide tanto por inflación como por cuentas externas que sean sostenibles en el mediano plazo. Generalmente se producen déficit externos al comienzo, superávit después, pero el punto de referencia es que el saldo de deuda sea financiable.

La inflación baja y predecible requiere una situación fiscal saneada, en términos de valor presente pero además hay que tener un instrumento más directo que puede ser la política cambiaria o la política monetaria, así obtener un ancla para bajar la inflación. Si uno sale a pescar, es mejor que lleve una caña de pescar en vez de llevar una bicicleta.

Pero un ancla monetaria sola puede ser peligrosa para bajar inflaciones, especialmente en períodos de mucha innovación financiera o cuando está cayendo mucho la inflación es muy difícil predecir la demanda por dinero. Ello requiere que la autoridad esté mirando varias cosas al mismo tiempo. Por eso, durante las etapas iniciales, algunos países usan más el ancla cambiaria y después se mueven hacia el ancla monetaria cuando ya se ha estabilizado la demanda por dinero.

Pero toda estrategia antiinflacionaria para reducir costos de corto plazo tiene que considerar la efectividad de las políticas macroeconómicas. La cual hoy día con una economía integrada, con movilidad de capitales, es muy diferente a lo que era en el pasado. A algunos países les gusta los controles de capitales pero lo que no les agrada es darse cuenta que su efectividad es muy limitada. Hacer cumplir el control de capitales es prácticamente imposible. Si es buen negocio,es decir si la diferencia de tasas de interés es considerable, la gente le cambia de nombre y los capitales siempre entrarán (lo crea o no lo crea la autoridad) y esto es especialmente importante en un mundo de mucha movilidad de capitales.

En particular, si una autoridad busca aplicar una política monetaria restringida bajo condiciones de libre entrada de capitales y flexibilidad cambiaria, habrá una repercusión de uno a uno en una apreciación real, porque la afluencia de capitales aprecia la moneda. Eso es lo que está pasando hoy día en Colombia y Chile, donde se experimenta una tasa de interés alta.

Brasil ha experimentado, durante los últimos meses, una política fiscal expansiva con una política monetaria muy apretada, lo que ha atraído muchos capitales y generado una apreciación real. Eso no pasaba en los ochenta. Para la gente que manejaba los bancos centrales en los ochenta es una sorpresa, porque en dicha época nadie prestaba a América Latina. Hoy el mundo es distinto, es integrado y eso hay que tomarlo en cuenta en el diseño de la política monetaria.

"Hacer cumplir el control de capitales es prácticamente imposible. Si es buen negocio, es decir, si la diferencia de tasas de interés es considerable, la gente le cambia de nombre y los capitales siempre entrarán (lo crea o no lo crea la autoridad) y esto es especialmente importante en un mundo de mucha movilidad de capitales"

Otro punto muy importante de entender es que todo problema de cuenta corriente es un problema macro, ya que un cuenta corriente déficitaria refleja que el país gasta más que su ingreso. Aunque por contabilidad es igual a la diferencia entre las importaciones y las exportaciones, estamos ante un problema macro porque también es la diferencia entre gasto y producto.

La forma de reducir un déficit en cuenta corriente no es poniendo restricciones a las importaciones, porque dificultará las exportaciones. Lo importante es la evolución del gasto respecto al producto: si uno restringe las importaciones y el producto cae mucho porque no hay materias primas, lo más probable es que el déficit en cuenta corriente se amplíe si no baja el gasto en más de lo que baje el producto. Eso ha pasado muchas veces, pues el déficit en cuenta corriente es una variable macroeconómica.

Otro ejemplo muy interesante se dio a comienzos de los 80 en México. Uno puede preguntarse qué pasó con las importaciones y exportaciones mexicanas, si México descubrió petróleo y el precio del petróleo era alto. El que miraba esto como un problema de importaciones y exportaciones tenía que decir que era un superávit, pero en realidad tenía un déficit muy grande. México tuvo una crisis de deuda a comienzo de los ochenta, a pesar de haber descubierto petróleo y de que el precio del petróleo había mejorado.

Que pasó? El gasto creció muy por encima de la velocidad con la que crecía el producto, generando un déficit en cuenta corriente. México usó su mayor disponibilidad de recursos petroleros para endeudarse mucho más y gastar más; gastaron mucho más que su ingreso y terminaron con un importante déficit. Se creó un déficit porque las importaciones crecieron mucho más rápido, porque el gasto creció mucho más que el producto. El déficit en cuenta corriente debe ser enfrentado en forma macroeconómica.

Además de ser la diferencia entre el gasto interno y el ingreso nacional del país, por contabilidad también es la diferencia entre inversión y ahorro. Un país tiene un déficit en cuenta corriente cuando la inversión es mayor que el ahorro, lo que se puede explicar porque la inversión subió debido a que el país tiene menor riesgo. Este es el caso de Australia, Argentina, Canadá a comienzos de este siglo, o el de Singapur después de los años sesenta. Hubo años en que Singapur tenía un déficit en cuenta corriente del 10 por ciento del producto porque invertía mucho: era muy buen negocio invertir en Singapur y ahorro aún no había logrado crecer tanto. No hay duda que un déficit en cuenta corriente - la diferencia entre inversión y ahorro, entre gasto y producto- es una variable macroeconómica, pero la pregunta del millón de dólares es si es sostenible o no. Estamos en dificultades si el déficit en cuenta corriente está aumentando porque el sector financiero esta mal supervisado, por una expansión del crédito, por un aumento del consumo. Eso es un déficit hoy día y un problema mañana, ya que tiene que ver con el problema de sostenibilidad, por lo que hay que examinarlo mucho más profundamente.

LAS CONDICIONES PARA EL CRECIMIENTO

No basta con la estabilidad macroeconómica para crecer. Los mismos estudios, que nos han servido para estudiar efectos de la inflación en el crecimiento, también nos han permitido identificar el rol de otros factores en el crecimiento. No basta con la estabilidad macroeconómica. La tarea macroeconómica es una condición necesaria solamente, pero para crecer en forma sostenida se requiere estabilizar. No hay duda de ello.

Las políticas de oferta juegan un rol muy importante para crecer a largo plazo. Como se decía antes: hay que inspirar o transpirar. Transpirar es trabajar más, invertir más, tanto en capital físico cuanto en capital humano. La inspiración es adaptar tecnología y mejorar la eficiencia, eso es el crecimiento a largo plazo por el lado de la oferta. Lo único que va a hacer la política macroeconómica es permitir tener una cancha de futbol estabilizada, donde se haga más atractivo el crecimiento de la oferta. Allí juega un rol la parte microeconómica. No hay duda de que, durante el desorden macro, se invierte menos, se afecta la oferta.

Los estudios modernos muestran que los determinantes del crecimiento son la estabilidad macroeconómica, la eficiencia de las políticas microeconómicas, el derecho de propiedad claramente establecido y que se haga cumplir. Hemos aprendido la importancia de tener sistemas de regulación en sectores como telecomunicaciones y electricidad, que promuevan la eficiencia en esos sectores, áreas prácticamente públicas en el pasado. También es importante la acumulación de factores. Ahora la inversión de capital humano, especialmente de los más pobres, no es solamente una política desde el punto de vista de equidad, sino también para el crecimiento.

Si tenemos capital humano de muy bajo nivel productivo, es porque hemos subinvertido en educación pre escolar y escolar y ahora tenemos un tremendo handicap. No sólo por equidad hay que mejorar oportunidades. Estamos desperdiciando la acumulación de un factor en el cual puede haber mucho espacio. Mucho de lo que tiene que ver con mejoras de eficiencia y con adaptación y absorción del proceso tecnológico requiere un capital humano adecuado. Qué tipo de políticas contribuyen a esto para el crecimiento a largo plazo? No hay duda de que dentro de las políticas privilegiadas que hemos encontrado en prácticamente todos los estudios, el rol más importante es la apertura económica, sea en modelos analíticos o, algunas veces, en modelos empíricos.

El grado de apertura económica afecta la eficiencia en el uso de recursos, ya que en una economía más abierta, el empresario tiene que estar preocupado de tener un producto que el mercado del resto del mundo quiera comprar, por lo cual debe estar innovando continuamente, mejorando su calidad. Ello promueve el proceso tecnológico. Aparte de todos los beneficios que conocíamos sobre la especialización, en el caso de la economía chilena por ejemplo, la clase media y media baja puede hoy comprarse un auto. En el pasado, el auto era solamente para las clases de muy alto ingreso porque el auto costaba 8 veces el precio internacional.

Hoy Chile es un gran productor de autos y muy eficiente. Chile produce autos muy baratos, prácticamente al precio internacional más costo de transporte. Cómo lo hace? Por un lado entra vino y por otro lado salen autos. También tiene un proceso muy bueno para producir televisores: por un lado entra Kiwi y por otro lado salen televisores. Una máquina así se llama comercio internacional y eso lo sabíamos de la época de David Ricardo, pero lo redescubrimos a golpes. La eficiencia de la economía como un todo ha mejorado tremendamente.

Pero lo importante es que no hay apertura sostenible en el tiempo sin estabilidad macroeconómica desde el punto de vista de permitir que la gente tome las decisiones consistente con la apertura, la modernización y la inversión en industria de exportación.

Finalmente, la reforma financiera interna es fundamental para mejorar la eficiencia en el uso de recursos. Pero nuevamente no hay liberación financiera interna sostenible sin estabilidad macroeconómica y sin buena supervisión del sistema financiero.

Si sube la inversión en un país que ha mejorado el respeto de los derechos de propiedad y en la transparencia del sistema tributario, y si sube el espíritu de inversión tanto de los nacionales cuanto del resto del mundo, lo más probable es que en la etapa inicial el espíritu de ahorro no suba tanto porque los niveles de ingreso son muy bajos, por lo que se requiere un déficit en cuenta corriente. Si queremos financiar un mayor nivel de inversión para crecer más, entonces no hay duda que lo más probable es que en la primera etapa tengamos déficit en cuenta corriente.

Con el financiamiento a corto plazo, no hay que abusar mucho. Porque si el déficit en cuenta corriente es muy grande, el mecanismo económico para tener ese déficit es una apreciación real la cual dificultaría en las primeras etapas del desarrollo exportador.

La política para promover el ahorro nacional es aumentar al ahorro público en las primeras etapas. Este también es un rol muy importante en los países asiáticos. Durante la primera etapa del desarrollo de Corea, a comienzos de los años 70, la tasa de ahorro era negativa en 2 por ciento del producto, por lo que el ingreso nacional no alcanzaba para el consumo. Hoy la tasa de ahorro es de 37 por ciento del producto. El crecimiento ayudó mucho pero en la primera etapa fue muy importante el ahorro público.

También fue importante en muchos países cambiar impuestos para no discriminar contra el ahorro. El cambio de aquellos impuestos que crean distorsiones nivelará la situación de los agentes y nos permitirá dedicar más tiempo para planificar a largo plazo los elementos de oferta. Se crece con oferta, mejorando la educación, la salud (especialmente la orientada a los más pobres), la nutrición, el manejo de puertos, la infraestructura, el establecimiento claro de derechos de agua para el desarrollo de la agricultura.

En América Latina hemos ido aprendiendo la importancia de todo esto en el crecimiento de largo plazo. La estabilidad macroeconómica raya la cancha para que nuestro equipo no se ponga a pelear por cuál es el tamaño del arco rival. Con la cancha bien demarcada y con reglas claras podremos dedicarnos al crecimiento de largo plazo. Muchas gracias.

Referencias:

Feldstein, Martin. "The costs and benefits of going fron low inflations to price stability, National Bureau of Economic Research, 1996.
Fischer, Stanley. "Why are central banks pursuing long run price stability?", A symposium sponsored by the Federal Reserve Bank of Kansas City, pp. 7-34, 1996.

 

Pagina Web creada por: Mario Vera Barrezueta, MBA

Actualizado a la fecha de: 09/01/00

Si quieres enviarme artículos o algun comenario escríbeme a: mverab@impsat.net.ec

Nota: Las opiniones vertidas en los artículos no son necesariamente respaldadas por el creador de esta página web. Toda opinión o teoria debidamente fundamentada debe ser respetada.