Recetas ortodoxas en debate:
DESARROLLO LATINOAMERICANO: REPLANTEO DEL BANCO MUNDIAL
" Ahora recomiendan un rol activo del Estado en la economía
· Preocupación por las diferencias sociales". Por JULIO SEVARES. De la
Redacción de Clarín
El Banco Mundial (BM), al igual que otros organismos y estrategas
internacionales, está revisando las recetas ortodoxas de libre mercado, aplicadas
sin anestesia en Latinoamérica en los últimos años. A cambio proponen un enfoque más
matizado que, sin renegar del valor del mercado, reivindica el papel del Estado
y de las instituciones en general. Esta posición está ratificada en el documento
presentado por el Banco Mundial a la Cuarta Conferencia sobre Desarrollo Latinoamericano
que se lleva a cabo en El Salvador.
¿A qué se debe esta reorientación? Uno de los efectos de esas reformas fue la profundización
de las diferencias sociales, y el establishment mundial está preocupado por que esa
situación amenace la continuidad de las reformas y hasta la estabilidad política.
El tema del aumento de la pobreza y la marginación es uno de los puntos centrales en las
agendas de seguridad continental contemporánea.
En la Conferencia de El Salvador, el Banco Mundial presentó un documento
sugestivamente titulado "Después del Consenso de Washington". El Consenso es un
documento en el que se reúnen las recomendaciones de privatización, liberalización y
desregulación, consensuadas, precisamente, por los organismos internacionales con sede en
Washington (como el FMI y el BM) y, por supuesto, por el gobierno que también reside en
esa ciudad. El documento fue redactado hace ocho años, cuando el modelo ortodoxo estaba
en su apogeo.
Pero ya en ese momento el BM comenzaba a subrayar la importancia de los factores
institucionales en los procesos económicos y sociales. Su Informe anual 1997 estuvo
específicamente dedicado al tema de la reforma del Estado.
En el documento presentado en El Salvador, el BM llama la atención sobre las distorsiones
creadas por las políticas basadas en el libre mercado y propone el perfeccionamiento de
las instituciones vinculadas con la Justicia, la educación y la administración pública.
Son las llamadas reformas de segunda generación.
Una de las ideas básicas que guían estos planteos es que los mercados tienen
imperfecciones que deben ser corregidas por la acción de las instituciones públicas.
Entre ellas pueden contarse las regulaciones para contrarrestar posiciones monopólicas
que distorsionan la competencia. También es importante el papel de las instituciones en
la creación de ofertas educativas y tecnológicas y, en general, en la creación de un
ambiente propicio para el desarrollo.
Pero, como plantea el citado informe del BM, es necesario prestar atención no sólo a
la cantidad sino también a la calidad de ese desarrollo.
En un documento de marzo pasado, "Redefining the Role of the State", Joseph
Stiglitz, economista jefe del BM, critica también la idea dominante de que la
intervención estatal es siempre necesariamente distorsiva y sostiene que el Estado tiene
un rol que jugar en el proceso social. Pero, aclara Stiglitz, el resultado de la
intervención dependerá de la calidad del Estado y sus estrategias.
De aquí surge, a su vez, la preocupación del BM y de otros organismos
internacionales por la capacidad administrativa del aparato estatal, la incidencia de la
corrupción, el deterioro de la Justicia y otras manifestaciones de debilidad
institucional que afectan la vida económica y social.